TEATRO: «El Jefe»

El JEFE Cronica Capitol

El próximo 26 de junio, la cuarta temporada de la comedia teatral El Jefe en el Teatro Capitol de Madrid llegará a su fin, y yo por fin he podido acudir a una de sus funciones y así disfrutar en directo del humor de dos personas a las que admiro y respeto muchísimo, ellos son Eduardo Aldán e Israel Criado, los protagonistas de esta divertida y recomendable obra producida por Aldán Company.

Dicen que más vale tarde que nunca y en mi caso, ha tenido que pasar una pandemia y diferentes imprevistos y confinamientos para poder asistir por fin a El Jefe, una de las obras que más ganas tenía de ver desde su estreno y que más me ha hecho reír estos últimos meses. Después de doce años de éxito con Espinete no existe, Eduardo Aldán vuelve protagonizando, dirigiendo y escribiendo este nuevo espectáculo y a su lado, tenemos a uno de mis grandes descubrimientos personales y teatrales, Israel Criado, al que desde aquí y públicamente le pido desde ya que por favor, no deje nunca de hacer comedia.

Pero vayamos al inicio porque este montaje es mágico desde el momento en que pisas los escalones del Capitol y atraviesas sus puertas. Ahí, justo en ese primer instante ya ves algo diferente, ya tienes sensaciones que difieren a las habituales. Y es que, para empezar, realmente estamos en un cine y no en un teatro como tal, pero este equipo ha logrado adaptar de una manera brillante la escenografía teatral a la sala del cine madrileño y nos ha dotado al público de una visibilidad envidiable desde el patio de butacas que hace que no te sientas desubicado en ningún momento y que yo agradezco enérgicamente.

Además, una de las cosas más mágicas y que a mi más me encantaron, fue además del trato por parte del personal de sala, es que cuando llegas a la puerta (no Spoiler) ya tienen un detalle contigo, algo que nunca en todos estos años teatrales atrás recuerdo haber vivido y que hicieron que ya me fuese hacia mi butaca con una ilusión aumentada y con una sensación de estar entrando en algo diferente a lo que normalmente imaginas previamente.

Tras ello y con una puntualidad admirable, sale a escena Eduardo Aldán no solo para ponernos en situación del viaje en el que nos vamos a adentrar, sino también para recordarnos con su humor algo que no hay día que no se le olvide a ciertas personas… el desconectar por un rato de los teléfonos móviles y respetar así el trabajo de los artistas que están delante nuestra para hacernos disfrutar.

Si soléis leer mis pequeñas crónicas, ya sabréis que no suelo contar el argumento de las obras y aquí no iba a ser diferente. Y es que, muchas veces no hace falta saber de qué va un espectáculo para querer ir a verlo, a veces solo basta con tener la sensación de energías bonitas, de prever que vas a reír y de saber que vas a ver a dos profesionales que aman su trabajo. Todo esto es lo que pasa aquí. Y yo desde mi butaca, pude palpar esa conexión tan especial que tienen Israel y Eduardo, esa complicidad que les hace improvisar sin fin, de retarse mutuamente, de crecer individualmente a la vez que crece el espectáculo, de llorar de risa tras el pie que le da el otro y de la admiración mutua que sienten entre ellos. Yo ese día tuve la suerte de ver en primera línea porque Aldán Company es lo que es y porque El Jefe lleva ya cuatro temporadas en cartel… Y es que a veces creemos que hacer reír es fácil, pero todo lo contrario y mucho menos en los tiempos que corren, por eso, conseguirlo de manera continuada durante casi dos horas, año tras años, jugar continuamente e improvisar y añadir como extra un mensaje que nos remueva por dentro para salir transformados del teatro, son cosas que pocos artistas pueden hacer y que yo personalmente agradezco mucho… Por eso, una vez más, Eduardo Aldán e Israel Criado junto a todo el equipo que les acompaña, Gracias. Gracias y Felicidades por seguir regalándonos montajes tan bonitos como El Jefe.

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