Entrevista: Fernando Soto por la obra ‘El ciclista utópico’

"Salir a un escenario es una viajazo, es como tirarte al vacío"

Fernando Soto. Entrevista

Es uno de los rostros más conocidos de nuestra ficción. Sus personajes en series como ‘Isabel’,  ‘Secretos de estado’ o más recientemente ‘La Casa de Papel’ así lo confirman. Además, en la pantalla grande ha trabajado bajo las órdenes de directores de la talla de Daniel Monzón, Alberto Rodríguez o Álex de la Iglesia y por si eso fuera poco, es uno de los directores y actores más destacados del panorama teatral. 

Asiduo en la dirección de la productora EscenaTE y actor habitual en el Teatro de la Abadía. Director de montajes como ‘El minuto del payaso o  ‘La estupidez y coautor de ‘Mejorcita de lo mío’ y ‘Al final todos nos encontraremos’. Hace poco pudimos disfrutarle bajo las órdenes de mi querido Daniel Guzmán con la obra ‘Perfectos desconocidos’, y ahora vuelve al teatro  junto a Fran Perea con ‘El ciclista utópico’, que podrá verse en el Teatro Galileo hasta el 2 de mayo.

Él es Fernando Soto, y no sabéis cuántas ganas tenía de tenerlo como invitado en este Patio de Butacas.

Antes que nada ¿Cómo estás?
Sobrellevándolo. Yo personalmente estoy un poco cansado de todo esto. Aunque soy un privilegiado porque no he dejado de trabajar desde que volvimos de la cuarentena, como ciudadano de a pie me siento bastante cansado. Es todo muy confuso y siento mucha pena por toda la gente a la que le ha tocado esto y que ha perdido gente. Yo tengo gente cercana que por desgracia se ha ido de este mundo.

Creo que ya es hora de que esto acabe y que los políticos se pongan de acuerdo en esto, porque han tenido un papel bastante denigrante y una participación que deja mucho que desear… Que pongan el dinero donde tienen que ponerlo que es en cuidar a sus ciudadanos y podamos acabar esta pesadilla de una vez.

Volvemos a verte en el teatro con la obra ‘El ciclista utópico’, sin desvelarnos mucho, ¿Qué puedes contarnos sobre este nuevo trabajo?
Vais a encontrar una comedia con un humor bastante cabroncente e incorrecto. Es un encuentro entre dos personas. Un maestro que se fue a vivir a un pueblo con su familia y un paisano de cualquier pueblo de esa España vacía en donde queda poca gente. Tienen un accidente, el maestro atropella al paisano y ahí se genera una amistad que va pasando por diferentes situaciones variopintas, y una relación a veces obsesiva.

Toca muchos temas, como las distintas caras que puede tener un ser humano y cómo son esas relaciones entre ellos. Todo a través del humor negro e incorrecto. Y por ahora la gente disfruta y se engancha bastante al espectáculo.

¿Cuáles son las reacciones que más te están llamando la atención?
Que es un espectáculo que engancha porque es un vis a vis entre dos actores. Tiene bastante ritmo el espectáculo y al final lo que importa es la historia que cuentas, y aquí la historia es la protagonista. Y eso es la sensación que me estoy llevando.

Y luego que el Teatro Galileo es un teatro maravilloso, en donde yo he trabajado muchas veces, de hecho, casi empecé ahí, y es un teatro que está funcionando muy bien. Tiene una cafetería al lado muy agradable, con una sala muy cuidada y con un equipo humano muy bueno, y nuestro espectáculo pedía un espacio así. Con un público en grada, más recogido y más íntimo. Y Fran (Perea) y yo comentamos siempre lo bien que está el espectáculo en este formato.

Hablabas antes de las diferentes caras que pueden tener los seres humanos y la complejidad de las relaciones y más en estos momentos… ¿Cómo ha sido el proceso de creación de tu personaje?
Esto es un espectáculo que hicimos hace cuatro años y en su momento la verdad que tuvimos poco tiempo para montarlo, pero ahora retomándolo es un personaje bastante extremo en sus pensamientos y opiniones. Está muy de actualidad porque ahora por desgracia hay bastantes opiniones extremas y radicales que se están poniendo de moda y se están instaurando en mucha gente. Algo preocupante. Y este personaje defiende eso.

Yo no soy muy de construir los personajes, me guío mucho por el instinto. Aquí intento sacar todo lo peor que uno pudiera tener. En cada función me pongo en la tesitura de ser lo más bizarro posible. Sin escurrirme al chiste fácil y sí poniéndome en la cabeza de alguien que piensa así. Alguien que piensa que por ser inmigrante eres detestable, o que la prostitutas no son personas y las degradas… Un personaje racista y xenófobo. Algo muy jodido y complicado.

Compartes cartel con Fran Perea, a quien además, ya dirigiste en ‘La estupidez’. Me gustaría preguntarte, ¿qué te aporta trabajar con Fran Perea?, pero también ¿Qué crees que le has aportado tú a él, tanto director como actor?
Cuand0 me llamaron para dirigir ‘La estupidez’ fue un proceso muy bonito y aprendimos mucho todos. Ese mismo año grabamos una serie juntos, ‘La sonata del silencio’, y luego ya me llamó Fran para hacer esto y para mi fue un placer.

Fran es un amigo, es muy trabajador, muy insistente, muy constante y con los pies en la tierra, y me gusta trabajar con alguien así. Que la gente me aporte. Alguien en quien poder confiar y saber que se va a dejar la piel, porque yo soy muy vaguete también (ríe) pero cuando me pongo, me pongo… Y él me aporta también mucho sentido del humor.

¿Qué le he aportado yo a él? Pues no lo sé, eso habría que preguntárselo a él. Yo le intento aportar mi forma de ver el teatro que coincide en parte con la suya. El teatro sirve para algo y nos hace mejores, nuestro pensamiento nos lo alimenta. Y ahí coincidimos y nos retroalimentamos.

¿Qué aporta Feelgood a la escena teatral actual?
Son una gente muy currante y que quieren hacer un tipo de teatro con cierto humor, con cierta originalidad eligiendo textos diferentes, con un buen soporte… Ellos arrancaron con ‘Feelgood’ en un texto político social, con humor. Luego ‘La estupidez’ era como una catedral en donde se trataban muchos temas intrínsecos al ser humano… Por lo que intentan seguir una temática unilateral.

Yo creo que es una compañía a la cual sería muy interesante conservar en este tejido teatral. Creo que por parte de las instituciones y por parte de los teatros deberían apoyar cien por cien a las compañías en vez de apoyar solo a un producto que se pueda hacer y se muera a los dos meses. Se debería intentar apoyar a las compañías que pueden tener un medio recorrido o que están empezando porque ese es el sustento de nuestro teatro, y Feelgood en este caso es una de ellas. Es una compañía de teatro que lleva su tiempo, que se juega su dinero invirtiendo y arriesgando y que intenta plantear una forma de entender el teatro y de comunicar ciertos aspectos que les preocupan como artistas.

Vuelves al teatro en una nueva situación teatral muy diferente ¿Hasta que punto a ti te ha afectado este nuevo ritmo de representaciones y esta incertidumbre?
Es muy raro. Yo el 8 de marzo acabé la segunda temporada de ‘Perfectos desconocidos’ en el Teatro Victoria, e íbamos a iniciar una gira y de repente nos encerró la pandemia y se suspendió todo, luego se retomó pero ya no pude volver a la gira porque tenía el rodaje de ‘La casa de papel’ e iba a ser incompatible. Entonces he estado un año sin subirme a un escenario y me moría de las ganas… Y aunque vuelvo con muchas ganas y lo disfruto, es verdad que es muy raro mirar el patio de butacas con calvas y asientos de por medio, y ver las caras con mascarillas en una semipenumbra es también duro.

Y mira lo que me pasó el otro día, una cosa de que ya el cerebro te engaña… ¡Estaba actuando y de repente pensé en que no llevaba la mascarilla puesta! Y en seguida volví a la realidad… Pero es raro, y estamos haciendo un esfuerzo por darle cierta normalidad. Además, es cierto que los teatros se lo han currado una barbaridad con las medidas y está todo muy bien organizado. Pero emocionalmente para nosotros, es distinto y tiene cierta rareza que espero que pronto acabe y podamos asistir con normalidad a un espectáculo y que todo vuelva a ser ese ritual de celebración.

Me gustaría preguntarte por esa parte transformadora del teatro y por lo qué sientes justo antes de salir a escena, cuando las luces se apagan y el telón empieza a subirse.
¡A mi me encantan! Soy como la vieja del visillo (ríe) y siempre me asomo por algún hueco para ver al público. En el Teatro Español por ejemplo, en el telón hay un agujero para mirar y eso me apasiona.

Llego al teatro, me tomo un café, en este caso charlo un rato con Fran, vagabundeamos por el escenario, repasamos alguna escena… Y luego ya me preparo en el camerino con música para relajar y empiezan los nervios a subir. Y siempre me voy un rato antes a ver a los espectadores y ver quien ha venido, cómo está la gente, si hay mucha o poca… Hacer un calentamiento y poner el cuerpo a tono. Siempre hago es ese ritual.

Pero esa mezcla de ganas e ilusión me encanta, porque salir a un escenario es una viajazo, es como tirarte al vacío y eso mola mucho.

Dejando por un momento el teatro a un lado, me gustaría preguntarte también por tu trabajo en la ficción y tu papel en ‘La casa de papel’ ¿Qué ha supuesto para ti este papel?
Es una maravilla. Llevamos ya tres años desde que empezamos y estamos acabando la 5 y última temporada.

Para mi ha sido una maravilla estar en una serie que ha estado en todo el mundo y ha pegado un subidón a la ficción española. Estoy muy agradecido tanto a la productora que me dio la oportunidad de estar en este proyecto como a Eva Leira y Yolanda Serrano, que son las directoras de casting, a las que quiero mucho y son las que confiaron en mi con esa llamada.

Es un gusto cuando en las producciones españolas nos quitamos ese complejo de inferioridad y empezamos a mirar cara a cara al resto del mundo. Me siento muy afortunado.

Ahora para acabar, me gustaría invitarte a participar en el tipo test que realizo a todos mis invitados y que es para conoceros un poco mejor. Consiste en que me recomiendes…

– Un libro: Estoy leyendo ‘La furia del kolibrí’ de Cristina Redondo. Una dramaturga y amiga, que a mi me gusta mucho como escribe. Y también estoy leyendo ‘La biografía del silencio’ de Pablo d’Ors.

– Una película que hayas visto recientemente sin importar la fecha o la plataforma: Las dos últimas películas que he visto son ‘Nomadland’ en el cine, y luego ‘El Irlandés’ que está en Netflix.

– Una serie: Para mi hay dos cabecera, ‘Los Soprano’ y ‘Breaking Bad’. Y también vi ‘Patria’ y me pareció una maravilla. 

– Una obra de teatro que quieras recomendar: ‘Los que hablan’ de Malena Alterio y Luis Bermejo que están en el Teatro del Barrio.

Y nos despedimos recomendando ‘El ciclista utópico’ que podrá verse en el Teatro Galileo hasta el 2 de mayo, de jueves a domingo.

 

(*Fotografía tomado de la página web Elvira Sánchez Gallo)

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