Descubrí a Antonio Díaz, el Mago Pop, en el 2015, por aquel entonces se encontraba en Barcelona con su espectáculo ‘La Gran Ilusión’ y ahí descubrí de primera mano que la magia existe. Después, volví a ver el mismo espectáculo dos años después en Sevilla para seguir alucinando como la primera vez. Hoy, cuatro años más tarde y con su nuevo show, ‘Nada es imposible’, las palabras vuelven a faltar para describir lo que esta estrella hace sentir.
Cuando me siento delante de la pantalla del ordenador a redactar una crónica sobre El Mago Pop, siempre me resulta muy complicado porque realmente no creo que no haya nada que yo escriba aquí que esté a la altura de lo que tus ojos ven cuando acudes a uno de sus espectáculos. Sus números no se cuentan, hay que verlos. Su show no se ve, se siente. Y por más que le sigas a través de su programa de televisión o que seas un habitual de sus espectáculos, siempre, siempre, acabas con los ojos iluminados y la carne de gallina.
‘Nada es imposible’ mezcla de manera perfecta el particular humor del joven ilusionista con una banda sonora de esas que emocionan y trucos a los que caes rendidos por muy escéptica que pueda llegar a ser una persona. Una hora y media en donde el aguantar las lágrimas de la emoción que te provoca el espectáculo es uno de los mayores retos a los que el público se enfrenta, pero que consigue que durante esos noventa minutos a nadie le importe lo que pasa fuera del teatro porque realmente estás viendo algo único, inigualable y lleno de magia. Algo a lo que rendirse sin ningún tipo de duda, un espectáculo que te hace feliz y eso no puedes dejarlo pasar.
Y no lo digo solo yo, sino también todo el público que al acabar la función se ha puesto en pie para agradecerle precisamente eso. Porque los poderes de El Mago Pop no consisten solo en la magia pura, en trucos de ilusión o en esos rompecabezas que nunca sabemos resolver, no, uno de sus máximos dones es emocionar a todo aquel que se acerque a verle. Antonio posee uno de los mejores poderes que una persona puede tener, y es el hacer feliz a los que están a su alrededor. Él con cada show, con cada nuevo trabajo te devuelve a tu niñez, te hace ver que realmente todo es posible, que los sueños pueden cumplirse y que tienes que creer para poder ver lo que tienes delante por muy complicado que a simple vista parezca. Él a través de sus vivencias personales y de sus trucos te demuestra que si quieres algo, está en tu mano el conseguirlo sin importar lo que los demás puedan decirte.
Así que Gracias Antonio por demostrar una vez más que la magia existe, por volver a dejarnos sin palabras para explicar lo que significa verte y sobre todo, gracias por demostrar que Nada es imposible.
‘Nada es imposible’ estará en el Teatro Rialto de Madrid hasta el 7 de Julio para luego instalarse en el Teatre Victòria de la Capital Condal, así que si sois de los afortunados que estáis a tiempo de poder verle, por favor, no os lo penséis porque es de esas veces, que la unanimidad habla por si sola.