El público tiene ganas de teatro y eso se nota con cada función, con cada espectáculo, con cada teatro al que podemos acudir cada semana… Y anoche, el Olympia de Valencia volvió a dejarlo claro. Con un lleno prácticamente absoluto (teniendo en cuenta las medidas sanitarias actuales), el teatro valenciano así lo demostró llenando el patio de butacas para recibir como se merece a Nuria Espert y su ‘Romancero Gitano’.
Cogida de la mano de uno de los genios de nuestro teatro como es Lluís Pasqual, con un espectáculo creado para ella e inspirado en la obra ‘Romancero gitano’ del poeta granadino Federico García Lorca, la reconocida actriz se sube a las tablas para demostrar una vez más el talento que corre por sus venas, y lo afortunados que somos todos aquellos que podemos disfrutarla en directo.
Y lo confieso, nunca había visto a Nuria Espert sobre las tablas, y a pesar de no ser yo muy dada a la poesía, sabía que esa mezcla de Lorca+Espert+Pasqual no podía perdérmela. No, no podía dejar pasar la oportunidad de ver en solitario a una actriz de su talla, de su talento. Necesitaba verla. Premio Princesa de Asturias de las Artes en 2016, Medalla de Oro del Gran Teatro del Liceo, Premio Nacional de Teatro en 1984, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 1983, Premio Ondas en 1959 a Mejor Actriz, 4 veces candidata a los Premios Max, Premio Unión de Actores a Toda una vida en 2006 y 3 Fotogramas de Plata ganados de 9 nominaciones por sus diferentes trabajos teatrales y de televisión, son solo una pequeña parte de la lista de reconocimientos que abarcan su curriculum. Y aunque por supuesto los premios no marcan el talento de nadie, tales galardones a nivel nacional y de tan diversa índole, son de destacar.
Por eso en ‘Romancero Gitano’ de Lluís Pasqual, podemos disfrutar de la actriz catalana en todo su ser. Ella no necesita atrezzo, a ella le sobra con 7 sillas y un juego de luces. Ni siquiera le hace falta vestuario llamativo. Tan solo el negro. El resto, todo lo que se pueda añadir es innecesario porque su talento llena el escenario y deja que el público allí asistente no se distraiga con nada más salvo su presencia. Y así quedaba patente en el patio de butacas con ese silencio absoluto durante toda la función que como siempre solo interrumpió algún que otro teléfono (hay cosas que parece que por desgracia nunca van a cambiar…) El resto era silencio, era paz, y había tanta que pude escuchar algún que otro susurro detrás mía recitando a la par los texto de Lorca. Y el público consciente de todo ello, se lo agradeció en pie al unísono aplaudiendo sin cesar en cuanto el espectáculo llegó a su fin. Porque con 85 años y ahí la ves, con más fuerza que mucho de nosotros. Con esa habilidad para recrear un espectáculo de tan intensidad y tanta concentración que más quisiéramos la mayoría de los mortales.
Por todo esto Nuria Espert vuelve a demostrar el increíble abanico interpretativo del que dispone y porqué es una de las mejores actrices de nuestro país. Ella lo mismo te susurra como la mujer más suave del planeta, como se desgarra hasta dejarte sin palabras, y todo esto con una separación de milésimas de segundo. Sí, así es Espert, una de las más increíbles actrices que se pueden disfrutar sobre las tablas. Porque ya hay que tener talento para mantener una obra de esta envergadura durante 60′ minutos y que el público no decaiga. Y es que este montaje dura lo que tiene que durar, ni un minuto más de lo necesario, ni uno menos, lo justo para que los asistentes nos quedemos con la satisfacción de haber vivido algo precioso pero sin sobrarnos esos minutos que a veces estropean un espectáculo.
Por eso, más allá de que te guste la poesía o no, ‘Romancero Gitano’ hay que verla, bueno, más bien hay que vivirla, porque cuando tienes a Nuria Espert delante solo para ti, recitando esas historias, el resto desaparece y acabas enamorándote de ella y amando aún más el teatro.
