TEATRO: «Rita»

RITA Crónica

Anoche, Carlos HipólitoMapi Sagaseta aterrizaron en el Teatre Talia de Valencia con Rita, la obra escrita por Marta Buchaca y dirigida por Lautaro Perotti, que permanecerá en el teatro valenciano hasta el 6 de diciembre. Uno de esos montajes que merecen ser vividos y que demuestran lo que significa el necesario arte del teatro.

Hacía exactamente diez años que no veía a Carlos Hipólito sobre las tablas. La última vez fue gracias a Todos eran mis hijos, la obra de Claudio Tolcachir con la que hizo parada en Sevilla y gracias a la cual tuve la increíble suerte de conocer no solo al actor, sino también a la mágica persona que hay tras el artista. Durante toda esta década nuestros caminos no han vuelto a cruzarse en directo (aunque su atención y ayuda en la distancia han seguido presente y por lo cual no me cansaré nunca de darle las gracias…), por eso, cuando ayer iba camino al teatro me encontraba nerviosa y muy feliz porque sabía que volver a verle sobre el escenario iba a ser seguro, algo precioso y que quedaría en mi recuerdo. Porque así es Carlos, es talento, es el puro reflejo de un actor de teatro, es la definición de la interpretación y de todas las aristas que puede ofrecerte no solo el oficio, sino también, un único personaje, como en este caso, lo ha sido Toni. Aquí nos hace reír, nos muestra su lado más tierno hasta hacernos asomar la lágrima pero también saca ese carácter fuerte que desmonta a ratos todo lo anterior.

Y a su lado, nos encontramos a Mapi Sagaseta, actriz a la que todavía no había podido disfrutar sobre las tablas y que en Rita se nos presenta como Julia, el lado opuesto al personaje de Toni, pero igual de complejo y versátil a la hora de darle vida. Una mujer con ciertos aspectos que muchas personas (no solo mujeres) pueden sentirse identificadas y que ella le da vida de una manera tierna, divertida y muy natural. Una actriz a la que espero poder seguir disfrutando en próximos montajes y que ayer me hizo no solo reír, sino también, removerme con su parte dentro de esta historia de dos caras.

No es la primera vez que Mapi y Carlos trabajan juntos y eso se nota. Ya coincidieron con la obra La Mentira y ahora, reunidos de nuevo como hermanos nos ofrecen dos personajes opuestos pero que juntos forman el tándem ideal para emocionarnos, ponernos en conflicto y sobre todo, hacernos reír sin necesidad de perder toda la sensibilidad que esta obra nos transmite uniendo de manera ideal dos temas tan importantes como los que aquí se afrontan. Porque Rita es una historia que te remueve sí, pero lo hace desde un punto de vista equilibrado y con esa mezcla rápida de humor y ternura que hace que no te de tiempo a ponerte más triste de lo necesario. Este tándem de intérpretes muestra equilibrio y por supuesto, una sincronía muy necesaria ante los imprevistos que siempre ofrece el teatro, y más en épocas tecnológicas como la actual, en donde todavía mucha gente no sabe que tiene que apagar su móviles cuando comienza la función.

Pero Rita no solo es necesaria de vivir en directo por el talento de sus intérpretes y por la magia de su texto. Esta obra dirigida por Lautaro Perotti es el más claro ejemplo de como una escenografía y un buen diseño de iluminación convierten el espacio escénico en un mundo cambiante al que nuestra imaginación se adapta de manera natural y rápida. Rita es desde mi punto de vista, todo lo que un montaje debe envolver. Es una de esas obras que repetiría sin dudar y que usaría como referencia para intentar transmitir lo que significa ver teatro.

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