Ayer, Carolina Iglesias y Victoria Martín se despedían de Valencia con una segunda función llena de aplausos, risas, bailes y nuevamente, con prácticamente todo vendido. Y es que lo que están consiguiendo estas mujeres y todo el equipo de ‘Estirando el chicle’ se merece más de un reconocimiento.
Me desplazaba al Teatro Olympia de Valencia con mucho más tiempo de lo habitual ya que sospechaba que si las entradas para ‘Estirando el chicle’ se agotaron en cuestión de horas, hoy los alrededores del teatro iban a estar más concurridos de lo habitual… Y así fue.
No puedo deciros ahora mismo cuántas obras habré visto a lo largo de esta temporada en este teatro, uno de los que además para mi gusto, está presentando una cartelera que convierte a la ciudad levantina en una de las que mejor oferta teatral tiene ahora mismo. ¿Pero por qué hago hincapié en esto? Porque como os decía, a lo largo de esta temporada he acudido a obras de todo tipo, con intérpretes que son historia de nuestro país, con elencos maravillosos y también he tenido la suerte de poder acudir a más de un espectáculo que ha colgado el cartel de ‘Localidades agotadas’. Pero lo que nunca había vivido en estos meses era llegar casi una hora antes de la apertura de puertas y encontrarme con una cola que rodeaba al teatro… Y eso es lo que ha conseguido ‘Estirando el chicle LIVE’ y por eso, no es de extrañar que hayan sido el podcast número uno en Apple Podcast y Spotify.
Personalmente, tengo que confesaros dos cosas. Una es que yo descubrí ‘Estirando el chicle’ bastante tarde, más o menos en la segunda temporada. Y la otra, es que desde que las descubrí me han acompañado cada semana, y sobre todo, han estado a mi lado en esos días más complicados, en esos en que solo quieres desconectar del mundo y reír junto a personas con las que además, tienes la suerte de aprender. Y quizás eso es otro de los puntos fuerte de Carolina y Victoria, que ellas saben tocar temas que te remueven pero siempre con el humor por bandera. Ellas no juzgan, ellas son las primeras que se abren en canal y te hacen ver que quizás, esas dudas que retumbaban en tu interior y las cuales pensabas que eran solo tuyas, no lo son. Y es que, escuchando ciertos episodios, no solo ríes sin parar, sino que creo que aprendes a descubrirte, y sobre todo, y más importante, aprendes a quererte como eres. Y por eso, doy gracias porque exista este programa y echo mucho en falta que no lo tuviese yo en mi adolescencia…
Hoy, uno de mis grandes objetivos tras dos meses esperando este mágico momento, era ir sin ningún tipo de expectativa, quería ir en blanco para poder vivirlo todo sin esa presión que a veces te fastidia el espectáculo. De hecho, ni siquiera me vi el capítulo nuevo, para tomármelo como ese que espero cada domingo. Y solo puedo confirmaros que ojalá poder verlas en directo cada domingo…
Con una B.S.O. que ya desde tu asiento te metía en situación, llegaba una presentación inimaginable para esta misa de domingo en directo que daba el pistoletazo de salida a este show algo más guionizado de lo que vienen siendo los podcast (algo lógico), y en donde no faltan los dardos sin miedo, la sinceridad y sobre todo, la espontaneidad de sus presentadoras que demuestran que el talento que tienen para el humor es real, que está palpable en todo momento y que nadie puede dudar de ello. Ellas saben conectar con su público, e incluso he vivido en primera persona como también han sabido conectar con espectadoras que iban de cero a verlas. Y eso es porque su humor, su inteligencia emocional y sus reivindicaciones son cosas que necesitamos urgentemente.
Y es que parte de la magia de ‘Estirando el chicle’, es que han sabido conectar con el público de una manera nunca vista hasta la fecha. Ellas, siempre sin filtro y creando un tándem de nota, han hecho reír sin parar al público valenciano, les han sacado aplausos espontáneos cada 2 minutos, y personalmente conmigo han conseguido que durante 80 minutos se me olviden al 100% los problemas externos que esperaban al otro lado del teatro. Ayer, acabé la semana de la manera que más lo necesitaba. Terminé el domingo con risas sanadoras y bailé y aplaudí desde mi asiento como creo que nunca antes lo había hecho.
Así que gracias Carolina, Victoria, Nacho, Susi y al resto del equipo que hace posible no solo que este podcast nos llegue cada semana, sino que además, también tengamos la suerte de poder vivirlo al menos una vez en directo.