EDU SOTO: ‘Más vale solo que ciento volando’.

Edu Soto Mas vale solo

Edu Soto ha estado este fin de semana en el Teatre Talia de Valencia con su nuevo espectáculo Más vale solo que ciento volando, en donde no solo ha llenado casi al completo el teatro valenciano, sino que también ha hecho reír a todos los allí presentes durante más de hora y media de espectáculo, algo nada fácil por muchos años en la profesión que se tenga y más, cuando te encuentras solo encima de un escenario.

A lo largo de estos años he aprendido dos cosas que considero muy importante. Por un lado, lo bonito y necesario que es ver a un artista pasándoselo bien encima de las tablas. Sí, hablo de cuando vives en directo esos momentos en donde ni él mismo puede aguantarse su propia risa. Porque creo que ahí es cuando se produce una conexión especial y de agradecimiento al ver que él lo está disfrutando tanto como tú. Y otra cosa de la que me he dado cuenta, es lo poco que nos paramos a pensar en que los actores, actrices, cómicos… siempre se suben a un escenario para hacer disfrutar al público a pesar de cuáles sean sus circunstancias personales en ese momento. Ellos no entienden de fiebre, malestar, situaciones familiares o problemas personales. No, si un día les pasa algo, lo dejan en el camerino y siguen subiéndose a las tablas para hacernos disfrutar a los allí presente y además haciendo que no se note. ¿Y por qué os cuento esto? Porque ambas cosas se vieron ayer en el Teatre Talia.

Edu Soto es uno de los cómicos con más experiencia de nuestro panorama actual. Con veinte años de carrera a sus espaldas, ha tocado los diferentes palos que esta profesión ofrece y eso, junto con su gran capacidad para la improvisación, hace que Más vale solo que ciento volando sea un espectáculo de disfrute continúo, de carácter bidireccional y en donde el público no baja los brazos en ningún momento porque se siente partícipe de él en todo el momento. Aquí disfrutamos del gran y divertido personaje del bailarín, aprendemos cómo hay que recibir a un artista cuando sale a escena y sobre todo, nos reírnos mucho. Todo esto a través de un espectáculo que dudo que pudiera haberse realizado si las circunstancias actuales fueran todavía las de hace apenas unos meses y lo que lo convierte en un show especial al permitirnos volver a disfrutar como antaño de una experiencia plena de un espectáculo en directo.

Y es que con su vuelta a las tablas, Edu se deja el físico encima del escenario, acaba bañado en sudor y nos trae un show con una estructura muy bien marcada y con un tiempo que aunque en principio está establecido, con la improvisación hace que en ciertas ocasiones pueda durar más de lo marcado, porque ese es el gran mérito y riesgo de la improvisación, jugártela a ver cómo está el público esa tarde y saber darle forma a las circunstancias en el tiempo adecuado y en el momento más oportuno. Una capacidad de la que el artista catalán dispone tras todos estos años de carrera a sus espaldas y de la que ayer fuimos conscientes en todo momento…

Por eso, acabo dándole las gracias a Edu por dedicarnos este fin de semana y hacernos, y también por supuesto, al Teatre Talia por seguir apostando por la cultura y el humor. Y esperar que llegue ese día en que el público aprenda a respetar el talento y el trabajo del artista que está encima del escenario entrando a su hora en la sala y no haciendo uso de los móviles durante el espectáculo. Creo que ahí realmente habremos avanzado y sería una forma muy bonita de darle las gracias y valorar el trabajo de esa persona que está dándonos su tiempo y su talento para hacernos olvidar los problemas que tras las puertas del teatro nos esperan.

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