TEATRO: ‘Martita de Graná’

*Fotografía: Ernesto González Campillo

*Fotografía: Ernesto González Campillo

Este fin de semana, Valencia y su Teatro Olympia vivieron unos días llenos de humor, desconexión y aforo completo gracias a la visita de una de las humoristas más vitoreadas de esta última etapa, Martita de Graná aterrizó el miércoles en la ciudad levantina para hacernos la vida, al menos por un instante, algo más divertida.

Os pongo en situación, aunque no creo que haga mucha falta ya que Martita de Graná es una de las cómicas más reconocidas de este último año. Su éxito desde el confinamiento ha crecido de manera increíble y no hay rincón de España que no sepa quien es ella, ni tampoco hay nadie que no haya reído con al menos uno de sus videos… Por eso no era de extrañar que el Teatro Olympia de Valencia se convirtiera esta semana en uno más de esos rincones culturales tan necesarios para el alma, que con la visita de la artista granadina colgara hace semanas el cartel de: «Localidades agotadas«. Y para más inri, añadiéndose una quinta función a la matinal del sábado y otra vez, aforo completo… El público quiere reír, el mundo necesita desconectar y sabe muy bien cómo hacerlo, y Martita no solo supo responderlo notablemente, sino que lo más importante de todo, supo agradecerlo desde el primer momento.

Con una puntualidad británica, la artista más vitoreada del último año salía a escena y con una música que ya más de una se conoce, empezaron los aplausos y con ellos, la desconexión y unas risas que duraron ininterrumpidamente casi 80 minutos… y es que quizás eso es lo único que me dejó descolocada del espectáculo, que se me hizo corto. Sí, no lo vi venir y de repente, llegar al final de una manera tan inesperada me dejó triste, pero es que por suerte no fui consciente del reloj en ningún momento… Y eso se agradece, porque tengo que reconoceros otra cosa, iba al teatro sin querer tener ningún tipo de expectativas para que la sorpresa fuera mayor… y una vez más, el teatro me aisló durante un rato del mundo feo que tras sus puertas nos espera y durante más de una hora, y en esta ocasión gracias a ella, reí sin parar.

Y cuando acabó la función me di cuenta de una cosa, de hecho lo escribí en las redes sociales y Martita lo leyó y agradeció. Y es que creo que en los tiempos que corren, el mejor regalo que nadie puede hacerte es la risa, conseguir que durante unos instantes te olvides de tus problemas y te rías de la vida, y de las situaciones cotidianas que más de uno y una han vivido, y eso, este fin de semana, Martita de Graná lo consiguió día tras día.

Por todo esto, yo quiero darle las gracias con mayúsculas a ella y también, quiero agradecer especialmente hoy la atención recibida por el personal de sala del teatro que fue sobresaliente, así como a Nipona Producciones por hacerlo posible.

Añade tu comentario